A falta de una conexión inalámbrica
funcional me veo obligada a comenzar esta entrada nuevamente. En los últimos
meses el flujo de noticias alrededor de Green Day ha sido abrumador, todo
centrado en la trilogía de discos anunciados por los muchachos hace un par de
semanas atrás.
Algunos escucharán cada CD en la
web al momento en que se filtre, otros esperaran al lanzamiento oficial y
aquellos con más fuerza de voluntad esperaran a tener el material en sus manos.
¡Wow, sin importar que ocurra o como suene no puedo negar como amo a esta
banda!
Es hilarante pensar como nuestros
sueños se cumplieron hace poco menos de dos años, ver una de las bandas más
grandes en la actualidad y probablemente la más grande ante los ojos de muchos…
Esto fue una experiencia, una que gustaría repetir. ¿Qué tal tú?
Para que una banda de la altura
de Green Day y en general cualquier artista de renombre internacional venga a
Venezuela, existen muchos factores que influyen en un eventual retorno del
super trío pero no me dedicaré a mencionarlos más de lo que es debido. La
relación entre los artistas y sus fanáticos se basa en una retribución
bilateral, ellos nos dan su arte y nosotros les pagamos para agradecer su
trabajo y como enriquecen nuestro día a día con cada canción.
Con cada CD adquirido en el país,
con cada petición en la radio de sus canciones, estamos creando una señal de
esperanza que a cada instante se vuelve más grande para ese regreso de Green
Day a Venezuela.
Esta entrada puede titularse “La
importancia del mercado nacional” pero a mí me gustaría recordarla como “Pasos
para el regreso de un sueño”, sin que los mismos se cumplan y sin muestras del interés
contundente del público venezolano, el sueño no se podrá repetir.
Samanta Leonié
Samanta Leonié